Francia despierta a Marruecos



| POR: Diario Enfoque |
Miercoles, 14 de Diciembre de 2022

La Francia de Mbappé ya tiene cita con la Argentina de Messi. Dos bicampeones del mundo frente a frente el próximo domingo en Lusail. Y con el gran icono del siglo futbolístico y quien más sugiere que será su heredero. Por el camino, la selección gala despertó a Marruecos, un equipo que ha dejado huella en Qatar, donde se ganó con creces el derecho a soñar. Una selección que durante un largo tramo del encuentro compitió con todo lo que tiene y más frente al campeón.

De inicio, mudó Marruecos, a la que Walid Regragui forró con tres centrales. Tan retorcido es el maldito fútbol que al cuarto de hora dos de sus centuriones ya la habían pifiado. El primero, El Yamiq. El defensa del Valladolid se pasó de frenada ante Griezmann, la jugada se embrolló y Theo Hernández resolvió el barullo con un acrobático gol. Lo que nadie había conseguido en cinco partidos, batir a Marruecos —un gol en contra, en propia puerta de Aguerd —, ya lo había festejado Francia. Y lo hizo antes de empezar a jugar, porque al 1-0 no le dio tiempo a ser hijo del juego. Tocaba examinar a la selección africana remar contra corriente. Y contra el campeón del mundo, lo que intimida a cualquiera, máxime a un equipo aprendiz en una semifinal mundialista. Llegado el segundo acto, Marruecos no se arrugó, dispuesta al do de pecho costara lo que costara. El equipo se exprimió como un limón con una explotación conmovedora de todos sus recursos, incluso de los que no tiene.

De entrada, el equipo de Regragui sí que notó la sacudida de Theo. Y casi se le recrudece el tembleque cuando otro central, el capitán Saiss, se tragó un brinco de la pelota y Giroud estampó el balón en el poste a la derecha de Bono. Sin casi nada, la selección de Didier Deschamps ya ganaba y estremecía a su rival, apenas liberado por un disparo combado de Ounahi que desvió Lloris.

A Regragui no le quedó más opción que operar a los 20 minutos. Y no por los patinazos de sus zagueros, tan impermeables durante todo el torneo. Saiss, que ya contra Portugal tuvo que retirarse calzado en una camilla, pidió el relevo. El seleccionador aprovechó el turno del cambio para rectificar la pizarra. Se acabó el tendal con los tres centrales y vuelta al 4-3-3.


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